A nadie le gusta ver cómo su gato va perdiendo vitalidad a medida que envejece, pero la mayor causa de preocupación es pensar que pueda estar sintiendo dolor. Por desgracia, las afecciones relacionadas con la edad, como la artrosis felina, son comunes en los gatos mayores, por lo que conocer los signos es vital para ayudarlos a disfrutar de la mejor calidad de vida posible.
En este artículo te explicamos cómo se manifiesta el dolor en los gatos y algunos de los signos que pueden indicar artrosis felina. También cuáles son sus causas y qué hacer si sospechas que tu minino puede padecerla.
¿Cómo puedo saber si mi gato tiene dolor?
Los gatos son especialistas en ocultar el dolor, por lo que no siempre es fácil saber cuándo están sufriendo. No obstante, observando de cerca su lenguaje corporal y su comportamiento, puedes detectar señales sutiles de que algo va mal.
Estos son algunos de los signos a los que debes prestar atención:
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Menor actividad.
A pesar del dolor, los gatos puede que no muestren signos obvios, como cojera o quejarse cuando los tocan. Lo que suelen hacer, en cambio, es moverse menos y pasar más tiempo durmiendo y descansando. La pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, como jugar y cazar, también podría ser indicativa de dolor.
Presta atención a signos de vacilación, como subir y bajar escaleras con torpeza, pararse unos instantes antes de saltar sobre algún objeto o extender una pata para reducir la distancia del salto.
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Reducción de la movilidad.
Cuando tu gato se mueva, presta atención a los signos de rigidez y vacilación, como, por ejemplo, subir y bajar escaleras con torpeza, pararse unos instantes antes de saltar sobre algún objeto o extender una pata para reducir la distancia del salto. -
Cambios en los hábitos de aseo.
A muchos gatos con artrosis les cuesta alcanzar determinados puntos de su pelaje. Como resultado, tu minino, que siempre ha tenido por costumbre acicalarse a fondo, puede tener el pelo apelmazado o enmarañado en algunas zonas. Por otro lado, hay gatos que reaccionan al dolor articular lamiéndose en exceso, lo que provoca sensibilidad y calvas en su piel. También pueden tener las uñas más largas y sufrir dolor al retraerlas debido a que dedican menos tiempo a afilárselas o desgastarlas de forma natural. -
Cambios de comportamiento.
Si el comportamiento de tu amigo peludo ha cambiado, podría ser una señal de dolor. Un gato que solía ser tranquilo puede estar de mal humor y evitar el contacto, mientras que, si ya era gruñón de por sí, puede volverse aún más irritable. En otros casos, tal vez empiecen a esconderse más o no quieran separarse de sus dueños.
¿Son estos cambios un signo de artrosis en los gatos?
La artrosis es una de las causas más comunes de dolor entre los gatos. Se trata de una enfermedad degenerativa que provoca dolor en las articulaciones. Aunque puede afectar a todas las edades, cuanto mayores son, más probabilidades tienen de desarrollarla. De hecho, según un estudio de 2002, un sorprendente 90 % de los gatos de más de 12 años presentaban indicios de una enfermedad degenerativa en al menos una articulación.
Si no se trata, la artrosis empeora progresivamente y puede provocar dolor crónico y problemas de movilidad. El dolor que la acompaña también puede deteriorar la calidad de vida de tu gato, afectar a su estado de ánimo, sus interacciones sociales y su sueño, entre otras cosas.
Casi un 40 % de los gatos muestran indicios clínicos de dolor por artrosis, lo cual resulta preocupante. Por eso es tan importante estar atento a las señales y tomar medidas si sospechas que tu minino puede padecerla.
¿Qué provoca la artrosis en los gatos?
Todavía no se ha demostrado de forma concluyente qué es lo que causa la artrosis felina, pero sí se han identificado algunos factores de riesgo. Veamos cuáles son:
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Lesiones articulares previas.
Las fracturas, dislocaciones y otros traumatismos articulares se asocian comúnmente con la aparición de artrosis. -
Predisposición según la raza.
Algunas razas tienen más probabilidades de desarrollar artrosis, como el fold escocés (debido a anomalías del cartílago), el Maine coon (a causa de la displasia de cadera) y el Devon rex y el abisinio (por el riesgo de luxación de la rótula, es decir, cuando esta se sale de su sitio). -
Obesidad.
El sobrepeso ejerce una mayor presión sobre las articulaciones y puede empeorar la artrosis.
Si te preocupa que tu gato tal vez esté sufriendo, es hora de visitar al veterinario para que pueda diagnosticar la enfermedad. La buena noticia es que la artrosis se puede controlar de manera muy eficaz si se detecta y trata a tiempo.
¿Qué debo hacer si detecto signos de artrosis en mi gato?
Si tu gato muestra signos de artrosis, por leves que sean, siempre es mejor indagar más a fondo: nuestra evaluación online es un excelente punto de partida y te permitirá mostrarle los resultados a tu veterinario. Si te preocupa que tu minino sienta algún dolor o malestar, pide cita con el veterinario. Este podrá hacer una valoración y diagnosticar la enfermedad con mayor precisión.
La buena noticia es que la artrosis se puede controlar de manera eficaz si se detecta y trata a tiempo. Así pues, ¡no te lo pienses más y lleva a tu compañero felino a que le hagan una revisión!